Un cambio con rumbo ofrece el Diputado Rafael Mendoza, en caso de llegar a la gubernatura del Estado, a la cual se destapó al rendir su segundo informe de gobierno en el que estuvieron presentes las fuerzas vivas del PRD y del PAN, partidos que seguramente irán juntos en las elecciones del próximo año.
No es posible que Zacatecas siga en esas condiciones con un partido que prometió un supuesto cambio y que la actualidad vemos las condiciones reales en las que se encuentra el territorio, cada campesino, cada maestro, cada obrero, en si cada ciudadano conoce perfectamente las indolencias en las que se encuentra la entidad y por ello hay confianza en que se podrá transformar y mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos.
Hace 6 años a los zacatecanos se nos ofreció un cambio. Un cambio que elevaría nuestras condiciones de vida. Un cambio que erradicaría la violencia que arrebató nuestra tranquilidad. Un cambio con un gobierno cercano a la gente. Un cambio con un gobierno transparente y con rendición de cuentas, un cambio donde la corrupción y el nepotismo no tuvieran lugar.
A 5 años de esas falsas promesas, vemos con desesperanza que la pobreza impera en nuestros hogares, tanto en el campo como en la ciudad. La inseguridad, pese a las millonarias inversiones que se han hecho, aumenta con violencia en todos los confines de la entidad. Son miles los muertos, los desaparecidos, los secuestrados, los extorsionados.
La política económica se ha abandonado. No se observan estrategias claras en pos del desarrollo y modernización de las ciudades o del campo. Prefieren derrochar nuestro dinero en obras de “relumbrón”, que invertir de forma inteligente en mejorar los servicios públicos y ampliar los programas sociales que generen mejores condiciones de salud, de alimentación o educación. Es el sexenio de la corrupción, de la ineptitud y del endeudamiento.
Este gobierno lejos de ser la solución a nuestros problemas, se ha convertido en el principal generador de los mismos.
Pero lo que más indigna es que pretenden engañarnos, manipulando la información del INEGI o del CONEVAL, para hacernos creer que miles de zacatecanos salieron de la pobreza y que hoy se encuentran mejor de lo que estaban. ¿A quién pretenden engañar? ¿Quién se cree estas mentiras? Sólo ellos, que viven rodeados de privilegios, mientras que la gente vive sumida en la miseria y en la desesperanza. Así lo demuestran los más de 900 mil zacatecanos que no tienen los ingresos mínimos para subsistir, ó los más de 230 mil que no tienen servicios de salud o el millón que carece de seguridad social.
El descontento es generalizado. Claramente hay un vacío de gobierno. No hay decisión para tomar al toro por los cuernos, para enfrentar los problemas de la sociedad y ofrecerles una solución. La ineptitud reina en ésta administración. Puro gasto, puro endeudamiento, y ningún resultado.
Es momento de cambiar el rumbo. Es momento de buscar nuevos horizontes. Es momento de alzar la voz y levantar la frente.
Zacatecas siempre fue un referente de desarrollo y de progreso. No solamente en lo económico, sino en lo político, social y cultural. Zacatecas siempre ha estado al frente de las grandes causas nacionales. En la independencia aportó su gente, su plata y su oro en favor del proyecto nacional. En la Reforma, surgieron figuras como la del General Jesús González Ortega, o el ilustre Francisco García Salinas. Durante la Revolución, Zacatecas brindó su sangre y aportó sus ideas a través de personajes de la talla de Pánfilo Natera ó el General Luis Moya; y en lo cultural, ni qué decir de Ramón López Velarde, Genaro Codina, ó Manuel M. Ponce.
Por ello, los zacatecanos debemos retomar este legado con orgullo y usarlo como inspiración para llevar al estado al lugar que le corresponde dentro del país, para volver a ser un referente de progreso y desarrollo en la nación. Y no sólo eso, tenemos que convencernos que la mayor riqueza de Zacatecas es su gente. Gente honesta y trabajadora, que día a día lucha por un mejor futuro para ellos y sus familias; y que el papel que le corresponde al gobierno, es responder y acompañar ese gran esfuerzo.
Estoy convencido que si tenemos el ímpetu y el coraje que tuvieron nuestros ancestros, podemos superar cualquier adversidad. No es momento de claudicar, es momento de luchar por un mejor Zacatecas.
No podemos quedarnos con los brazos cruzados. No podemos permitir que la corrupción y la ineptitud tomen cartas de identidad en Zacatecas. De nosotros depende hacer el cambio con rumbo que nos exigen nuestra generación y las generaciones venideras, las de nuestros hijos y nuestros nietos.
Es momento de creer en nosotros mismos.
Es momento de retomar los valores que le dan sentido y contenido a la vida pública del Estado.
Creo en la honestidad como el valor fundamental que debe regir la conducta de gobernantes y gobernados. Las prácticas deshonestas no deben tener cabida.
Creo en la democracia, porque es la voluntad de las mayorías la que define lo que se hace y lo que se deja de hacer. Basta de políticos que gobiernan de espaldas al pueblo y que se creen dueños de la razón; basta de políticos que gobiernan sin tomar en cuenta las opiniones y necesidades de los demás.
Creo en la división de poderes y en la delegación de responsabilidades. Este gobierno tiene sometido al Poder Legislativo, donde sus funciones de representatividad, de elaboración de leyes y de control están coaccionadas por un sistema absolutista, que pretende actuar sin límites ni restricciones. Haciendo que en Zacatecas la división de poderes sea una farsa.
Donde lamentablemente mis compañeros del PRI, del Verde y de Nueva Alianza, antes de obedecer a los reclamos de sus electores, se han subordinado a las exigencias del Gobernador.
Creo en la justicia social como una obligación del gobierno para usar el poder promoviendo acciones que mejoren la calidad de vida de toda la población, dentro de un ambiente de solidaridad y armonía.
Creo en el Estado de Derecho, donde la justicia emane de leyes justas, creo en la integración de políticas equitativas sin distinciones ni favoritismos.
Creo en la tolerancia y en la equidad.
Creo que el trabajo conjunto y participativo es la mejor forma de generar los cambios positivos que demanda la población. No debemos caer en el error de dejar en unas cuantas manos el poder del cambio. La transformación verdadera recae en la pluralidad, en las alianzas, en los consensos, en la participación y en la corresponsabilidad.
Estas son mis convicciones. Este es mi credo y ante ustedes me comprometo a seguirlo.
¿En qué no creo? Y no lo voy a seguir.
No creo en caudillos, ni en falsos mesías que aseguran que ellos son la solución a todos nuestros problemas.
No creo en personajes que toman capital político ajeno y necesitan que alguien venga a levantarles la mano, porque no pueden levantarla solos. Y menos, en aquellos caciques que pretenden gobernar Zacatecas desde la Ciudad de México.
No creo en aquellos políticos que desesperadamente buscan el poder por cualquier vía y a cualquier costo, y que utilizan programas sociales y recursos públicos para su promoción personal.
No creo en políticos improvisados que apenas empiezan su carrera y ya quieren tomar las riendas por el simple mérito de estar cerca del poder.
No creo en políticos que abusan de la miseria de nuestra gente, para comprar voluntades con dádivas y falsas promesas, condenándola a una pobreza perpetua.
No creo en prepotentes y chantajistas que amenazan la libertad de expresión y abusan del poder para retorcer la opinión pública.
No creo en los incongruentes, que ayer criticaban el nepotismo, la corrupción y el endeudamiento como pecados capitales de anteriores administraciones, y que hoy nos están hundiendo con préstamos injustificados, con familiares cobijados por la impunidad, burlándose de nosotros de una forma cínica y desvergonzada.
Y que a menos de 10 meses de que entreguen el poder, pretenden endeudar aún más al Estado. Una deuda que rondaba los 800 millones de pesos, ahora rebasa los 10 mil 900 millones, y por si esto fuera poco, ahora buscan un nuevo préstamo por 3 mil 200 millones de pesos más, evidenciando su ineptitud para gestionar recursos ante la Federación y administrar con orden las finanzas públicas estatales.
Desde hoy les digo que votaré en contra de este nuevo agravio a la sociedad zacatecana. (No permitiremos más saqueos).
No creo en los políticos que pretenden gobernar sin un proyecto definido o por ocurrencia. No creo en fórmulas mágicas. No existe progreso sin trabajo, no hay bienestar sin sacrificio. Es mentira que las soluciones simplistas arreglan problemas complejos. No existen los mundos color de rosa. No vivimos en una burbuja de cristal. Hay que conocer nuestra realidad, hay que estar cerca de la gente y de sus problemas, hay que tener sensibilidad ante las carencias de otros. Hay que saber escuchar.
Tenemos que construir un proyecto alternativo que dé soluciones a nuestros problemas, que busque la transformación de Zacatecas para sacar a la población de la pobreza.
Por eso, un grupo plural de diputadas y diputados, hemos impulsado diversos foros ciudadanos para recoger el sentir de la población y construir una alternativa que se convierta en la carta de navegación del próximo gobierno.
Es momento de cambiar el rumbo y de poner manos a la obra. Es el momento del cambio.
Un cambio basado en la auténtica democracia, que tenga como prioridad el desarrollo común y la justicia social. Un proyecto de acciones conjuntas donde trabajemos de manera coordinada.
Por ello, CONVOCÓ a formar una gran coalición electoral entre todos los partidos de izquierda y progresistas, al PRD, al PAN, al PT, a MORENA, a Movimiento Ciudadano; y en especial convocó a todos los zacatecanos que están inconformes e indignados, para que ganemos el gobierno en las próximas elecciones, y que ésta alianza trascienda para formar un gobierno de coalición con la participación de todos los actores, dejando atrás aquellos gobiernos donde manda una sola persona, donde un solo grupo decide sin tomar en cuenta a los demás.
Un gobierno que esté conformado por los mejores hombres y mujeres de Zacatecas, donde los Poderes tengan su lugar y el Legislativo ratifique a los titulares de cada dependencia, donde no exista el tráfico de influencias, ni el nepotismo.
Convocó a la formación de un proyecto honesto, donde la transparencia sea una práctica común y se le cierre el paso a la corrupción, al favoritismo y a los negocios bajo la mesa. Donde ser honesto sea la norma.
Convocó a un gobierno sin privilegios, transparente, donde ningún funcionario tenga fuero, empezando por el Gobernador. Un proyecto donde no tenga cabida la impunidad. Donde la corrupción y los delitos de los servidores públicos se castiguen con la cárcel y se rindan cuentas en todo momento.
Donde la Revocación de Mandato sea una realidad, y la Procuraduría de Justicia y la Auditoría Superior del Estado tenga autonomía plena, de modo que se aplique la ley sin distingos y nadie esté por encima de ella.
Convocó a formar un proyecto de la gente. De todos y para todos. Donde impulsemos los presupuestos participativos, para que sea la ciudadanía con voz y voto quien decida en qué se invierte el dinero público, fijando prioridades, definiendo dónde, cómo y cuánto se debe gastar, en qué obra y en qué programa social.
Convocó a un gobierno sensible y cercano a la gente, donde se mande obedeciendo, donde el proyecto del Zacatecas que queremos, surja desde abajo, escuchando las demandas de la población de viva voz. Donde las consultas ciudadanas sean atendidas para formular políticas de desarrollo incluyentes.
Convoco a que entre las fuerzas progresistas impere la altura de miras, a que pongamos por delante la necesidad de lograr el cambio en el 2016 y no tengamos que esperar 5 años más para lograrlo. De nosotros depende. El cambio de rumbo es posible cuando nos fijamos metas concretas y las realizamos a través de la participación de todos los actores políticos y sociales.
Hoy, aquí y ante ustedes, reitero mi determinación de contender por la gubernatura del estado. Pero no como una ambición personal, sino como parte de un proyecto colectivo de quienes exigimos un cambio con rumbo, que abra caminos de esperanza y de un mejor porvenir. Un cambio que mejore nuestras condiciones de vida. Un cambio que sirva a Zacatecas.
Un cambio que todos haremos posible. Un cambio que Zacatecas necesita. Que Zacatecas merece. Un cambio que juntos vamos a lograr.
QUE VIVA ZACATECAS.